HyperX Pulsefire Raid, análisis: un ratón que abandona la etiqueta gaming en lo estético pero la mantiene en lo funcional

Desde que empezaron a aparecer he sido un fiel defensor de los ratones gaming, pero no por haberme cambiado la vida como jugador -ahí sigo siendo igual de manco- sino por lo útiles que resultan sus botones adicionales a la hora de trabajar. Tras varios días exprimiendo el HyperX Pulsefire Raid empiezo a entender también el lado gaming de estos periféricos.

En una prueba conjunta a la que también se ha sumado el HyperX Fury Ultra como alfombrilla he descubierto que, en la práctica, la combinación que propone la marca de Kingston sí puede suponer un buen cambio en la forma de jugar. Lamentablemente en este caso, los matices tan pronto allanan el camino como le añaden más piedras.

HyperX Pulsefire Raid, especificaciones técnicas

Un ratón gaming que sabe ser tan elegante como cómodo
Con una estética austera que no desentona ni destaca especialmente sobre la mesa, el Pulsefire Raid escapa de la moda de los ratones que parecen naves espaciales y sólo se acerca a la estética gaming al incluir un set de luces que iluminan la rueda y el logo.

Alto en la parte central y de formas redondeadas, la mano descansa a la perfección y mantiene un buen agarre con una parte rugosa en ambos laterales para apoyar los dedos. La clave de su ergonomía está, sin embargo, en lo ligero que resulta. 127 gramos con los que deslizar cómodamente para atinar un tiro resulta la mar de cómodo.

Moverlo de aquí para allá variando entre combinaciones de DPI es una gozada y funciona a las mil maravillas a todos los niveles. Ni rastro de esa sensación en la que el ratón flota y se mueve un pelín cuando haces un movimiento demasiado brusco.

Si eres fan de las luces vas a echar de menos algo más de configuración desde la aplicación de HyperX, pero las opciones de remapeo y control de velocidad son tan simples como cómodas. Cumple con su objetivo, pero sigue sin ser un motivo de compra para los periféricos de la marca.