Hablemos tranquilamente de la gente que tiene los soniditos del teclado del móvil activados

Si has llegado hasta este segundo párrafo sin tirarte de los pelos, enhorabuena, eres invencible e inmune a uno de los peores sonidos inventados por la humanidad: el del teclado de los móviles. Desde que los móviles tienen pantalla táctil, y hablamos de muchos años atrás, los fabricantes y empresas se han esmerado en desarrollar sus propios teclados para escribir mensajes de WhatsApp, tweets y mensajes directos en Instagram, pero cometieron un grave error: añadirles sonido.

Maldito esqueumorfismo

No fue una decisión baladí, al tuntún, no los añadieron porque sí, sino que formaban parte de lo que conocemos como esqueumorfismo, una técnica de diseño en la que se conservan elementos de los objetos a los que se hace referencia. Que el logo de Instagram sea una cámara, que el de la calculadora sea un dibujo con teclas y que los de las apps de archivos sean una carpeta no es casualidad, es una forma de enlazar un diseño con su homólogo de la vida real.

Tenía mucho sentido. Por aquellos entonces el mundo asistía al nacimiento de unos dispositivos que cambiarían la forma en la que nos comunicamos e interactuamos con nuestro mundo, y que se aplicase el esqueumorfismo tenía el objetivo de decirle a los futuros usuarios "Oye, ¿ves este icono con forma de calculadora? Pues no te lo vas a creer, pero te lleva a la app de calculadora". Ahora nos puede parecer algo un poco absurdo, pero en su momento no lo era.

El sonido también era importante. Las apps de cámara hacen ruido al pulsar el botón de disparar no porque sea necesario (gracias a Dios, algunos fabricantes permiten desactivarlo), sino porque entendemos que una cámara réflex hace ese ruido al cerrar y abrir el obturador. Enlazamos conceptos: "ha sonado la cámara, ergo he hecho una foto". Así, había que indicarle al usuario que al pulsar una tecla en el teclado táctil del móvil estaba, efectivamente, escribiendo, ¿y qué había antes de los teclados táctiles de los smartphones? Exactamente, teclados de ordenador y de máquinas de escribir.

Cuando empezamos a manejar pantallas táctiles había que entrenar al usuario y el sonido era parte de la experiencia. Porque escribir en PC hace ruido, y si hablamos de ordenadores antiguos todavía más. Otro ejemplo de cómo se ha aplicado el esqueumorfismo en los teclados están en las animaciones de las teclas, que se agrandan cuando las pulsamos porque así pasa en los ordenadores, que las teclas "rebotan" cuando las pulsamos.

Todo formaba parte de la experiencia de escribir, y no estaba mal, en serio, o sea, entiendo el concepto, pero han pasado 13 años desde el lanzamiento del primer iPhone (iOS, hasta iOS 7 y su Flat Design con colores más planos fue todo un exponente de esqueumorfismo) y me atrevería a decir que los sonidos del teclado empiezan a ser más bien innecesarios, porque ya sabemos cómo funciona un móvil. Y no hablo de que se puedan desactivar, hablo de deshacernos de ellos por completo, de decirles au revoir y despedirnos hasta nunca. Porque si permites que se puedan desactivar habrá gente que los use. En serio.