Cómo iniciarse en el mundo de la impresión 3D: lo que recomiendan los expertos

El de la impresión 3D es un mundo muy atractivo porque, frente a la impresión tradicional en dos dimensiones, este nos permite crear los objetos que imaginemos (aunque descubriremos más adelante que existen limitaciones). A nivel industrial las aplicaciones son múltiples, pero a escala doméstica ha significado una revolución en la cultura maker a la altura del proyectos libres como Arduino o Raspberry Pi.

Con estas premisas como reclamo, no es de extrañar que lanzarse a la piscina de la impresión 3D resulte muy interesante. Ahora bien, ¿por dónde empezar? Hemos charlado con cuatro expertos que empezaron en la impresión 3D como hobbie y lo convirtieron en una parte importante de su vida: algunos lo incorporaron a sus dinámicas profesionales y otros acabaron haciendo de él su trabajo.
Sergio Pérez Zafra, ingeniero naval y maker; Tomás Díez del laboratorio maker Fab Lab de Barcelona; Ferrán Fábregas, maker y autor del libro 'Aprender Raspberry Pi con 100 ejercicios prácticos' y colaborador en otros títulos de tematica maker, también responsable del espacio de creación Bitsandbooksbcn y por último el maker Pablo Rubio, colaborador del proyecto educativo Escornabot, habitual en los espacios La Remolacha HackLab y Laboratorios Cesar; nos explican cómo empezar desde cero.

Antes de empezar: ¿se puede hacer todo con una impresora 3D?
Tomás Díez nos explica que las impresoras 3D son la punta del iceberg de algo mucho más grande: un cambio en la forma de producir.

"Ofrecen la posibilidad de distribuir la producción mundial, en manos de personas, comunidades y nuevos centros de producción flexibles en las ciudades. Son similares a un smartphone, que es un pequeño ordenador que nos permite estar conectados en todo momento, pero sobre todo nos permiten convertirnos en productores: fotógrafos, publicistas, videomakers, reporteros, etc. Pero los teléfonos inteligentes no serían nada sin una infraestructura mucho mas compleja detrás, son la punta del iceberg de las revoluciones digitales en la computación y las comunicaciones, de la misma forma, las impresoras 3D lo son a la tercera revolución digital: en la fabricación. La fabricación digital pretende hacer que podamos hacer casi cualquier cosa, en cualquier parte del mundo."

A bote pronto, la posibilidad de imprimir en tres dimensiones nos lleva a creer que el único límite a la hora de imprimir está en nuestra imaginación. De hecho, Ferrán Fábregas nos cuenta una anécdota sobre este tema:

"Un niño que hacía de embajador en una feria de impresión 3D fue preguntado por un adulto respecto a que se podía hacer con una impresora 3D, y el niño respondió “puedes hacer aquello que puedas imaginar” y a ello yo quizás añadiría: también las ganas de aprender para diseñarlo."

No obstante, a la hora de la verdad tienen limitaciones, como sigue explicando Fábregas: "Las posibilidades son prácticamente ilimitadas, pero si se debe destacar que no está recomendada para la producción en serie, ya que es muy lento y costoso si lo que queremos es hacer 100, 1000 o 10000 unidades. Es ideal para el desarrollo del prototipo inicial o tiradas muy cortas."

Sergio Pérez Zafra coincide en el prototipado, abriendo el abanico a otras opciones creativas y profesionales:

"Tiene múltiples aplicaciones. Se puede crear de manera muy sencilla y barata cualquier forma que se quiera. Hay software gratuito que te permite generar formas 3D básicas y poder imprimirlas. Soy un apasionado de Star Wars y la impresora me permite imprimir los cascos de la saga. También he impreso cosas útiles como llaves de tubo o piezas que se han roto por el uso. A nivel más potente he generado dos fresadoras CNC y hasta una grabadora láser (fabricadas con piezas impresas y material básico de ferretería). Trabajando en una empresa de análisis y atenuación de vibraciones en todos los ámbitos, la impresora me permite generar prototipos para chequear si la interface es correcta para los montajes."

Pablo Rubio es de los que opina que no hay límites "A nivel usuario, el uso se suele centrar en piezas decorativas o juguetes simples aunque las limitaciones las pone la imaginación de cada persona. Es recomendable empezar imprimiendo materiales simples como PLA, de ese modo podemos aprender el funcionamiento y las limitaciones de nuestra impresora sin sufrir demasiado.