Alta resolución en audio: mitos y realidades

El sonido de alta resolución está de moda. Buena parte de los fabricantes de equipos de música, y cada vez más sellos discográficos, sobre todo los que venden a través de Internet, parecen empeñados en convencernos de que el audio de alta resolución es al que todos los que adoramos la música debemos aspirar si queremos disfrutarla con la máxima calidad posible.

Sobre el papel existen fundamentos técnicos que justifican la existencia del audio de alta resolución y nos indican que su calidad debería ser mayor que la que nos ofrece el CD. Pero también hay razones sólidas que nos invitan a no dar por sentada su superioridad, al menos no de una forma tan clara, y poner en tela de juicio algunas de las virtudes que nos vende la industria. Veamos qué es el sonido de alta resolución, qué necesitamos para disfrutarlo, y, sobre todo, si realmente nos ofrece una experiencia mejor que la música con calidad estándar (la del CD).

¿Qué es el sonido de alta resolución?
Para entender de una forma sencilla qué nos ofrece el sonido de alta resolución nos viene bien repasar cómo se almacena la música en los CD que todos conocemos. Estos discos, a diferencia de los vinilos, nos permiten guardar información en el dominio digital, mientras que los discos de vinilo son analógicos. Esto significa que la música de un CD está codificada en forma de unos y ceros, exactamente de la misma manera que la información que tenemos en el disco duro de nuestro ordenador, que también es digital.

Pero un CD no tiene una capacidad infinita; de hecho, el tamaño de las diminutas muescas que vemos en su superficie si lo miramos con un microscopio y la distancia que separa cada una de ellas de las adyacentes revela cuánta información es capaz de albergar. Precisamente, de una forma simplificada, esto es lo que diferencia al CD, el DVD y el Blu-ray Disc: el tamaño de los pequeños orificios que codifican la información y la distancia que los separa. Si comparamos dos discos con el mismo diámetro tendrá más capacidad aquel que tenga estas muescas más pequeñas y más juntas. Este parámetro, precisamente, es el que determina la longitud de onda del láser que debemos utilizar para extraer la información.